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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se manifiesta a través de dificultades en la comunicación y la interacción social, y comportamientos repetitivos que comienzan pronto en los niños que, en África, suelen crecer con hermanos. La investigación en la que se basa este artículo explora, a través de una entrevista, las experiencias de un hermano y tres hermanas de niños con TEA en Chad. Los resultados muestran un sufrimiento psicológico que se manifiesta en sentimientos de impotencia y culpabilidad por la discapacidad del hermano o la hermana, que es visto como un niño extraño al que hay que proteger. Utilizan los juegos para establecer una relación con el niño con TEA, con el fin de contener la extrañeza que éste les refleja. Esta investigación muestra la necesidad de apoyarlos para que sean un recurso tanto para los niños afectados como para los profesionales.