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Obligados a soportar una situación de desempleo persistente, los/las jóvenes de la isla de la Reunión se ven constantemente incitados a participar en los mecanismos de solidaridad internacional. La vecina isla de Madagascar, que atraviesa una importante crisis política desde 2009, se convierte así en uno de los destinos favoritos de los reunioneses que deciden participar en el voluntariado de solidaridad internacional o en un servicio cívico en el extranjero. Un estudio de campo realizado en Antananarivo (Madagascar), en la Isla de la Reunión y en la Francia continental permite cuestionar estos estatutos híbridos (ni asalariados ni voluntarios) en relación con las políticas públicas que los promueven. Estas voluntariados internacionales, que a veces sirven para fomentar la inserción profesional y a veces para la activación de quienes están inactivos, forman parte de la relación triangular existente entre la Francia metropolitana, sus departamentos de ultramar y sus antiguas colonias. Es necesario por lo tanto entenderlos tanto por los efectos que producen en las trayectorias profesionales de los/las jóvenes que participan en ellos como por las transformaciones que implican en la gestión de las asociaciones locales, si queremos entender las reconfiguraciones o reproducciones a las que dan lugar en un contexto poscolonial.