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Este estudio se inició nueve meses después del incendio de Lubrizol del 26 de septiembre de 2019 en Ruan. En junio de 2020, se realizó una encuesta por cuestionario entre 178 estudiantes de secundaria de la región ruanesa. A continuación, se realizó una encuesta cualitativa mediante entrevistas individuales y grupos focales en 2021 con veinticinco estudiantes que vivían en la aglomeración urbana de Ruan en el momento del incendio. Los resultados pusieron de manifiesto las implicaciones para las familias y las expectativas familiares de los jóvenes en las horas posteriores al incendio y tiempo después. El estudio muestra, por un lado, que los jóvenes siguieron las recomendaciones familiares sobre conductas protectoras y dieron más crédito a padres, médicos y profesores que al alcalde, al prefecto o a la información de internet; por otro lado, que la familia estuvo atenta a los signos de angustia de los jóvenes y a sus estrategias de regulación emocional en los días posteriores al incendio. La familia fue considerada un espacio de protección, refugio y tranquilidad.