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Cuando intentamos aunar las nociones de trastornos del neurodesarrollo o trastornos del espectro autista (TEA) en particular y el silencio, nos encontramos con varias nociones aparentemente contradictorias pero complementarias. Pasamos del silencio inexistente y estresante, cuando hablamos de las atipias perceptivas de las personas con TEA, como la hipersensibilidad auditiva, hasta el silencio incomprensible y destructivo vinculado a la falta de transmisión de conocimientos y competencias y a las deficiencias de la formación inicial. Por no hablar del pesado, agonizante e igualmente inexplicable silencio provocado por esta falta de actualización de conocimientos y avances en autismo en la formación y la comunicación. Por ello, este artículo abordará cada uno de estos elementos y, a pesar de los muchos interrogantes, ofrecerá algunas respuestas para ayudar a romper este silencio desconcertante y destructivo y facilitar su percepción y comprensión.