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El autor, un reputado genetista, explora una aparente paradoja: «determinados pero libres». Al considerar la situación genética de los gemelos «idénticos», demuestra que cada gemelo no es un clon, sino un ser único. De hecho, tras la fecundación, se suceden toda una serie de etapas que constituyen posibles puntos de divergencia entre gemelos idénticos, como la distribución aleatoria del ADN mitocondrial durante el desarrollo embrionario, la inactivación del cromosoma X y la inestabilidad mitótica. Por último, debido a la posibilidad de mutaciones, expansiones o contracciones del ADN genómico codificante y no codificante durante la división celular en los tejidos en desarrollo (mutaciones somáticas), una madre libre de cualquier enfermedad genética puede dar a luz a gemelos idénticos, uno de los cuales –y no el otro– tendrá una malformación, fragilidad ósea, cáncer o enfermedad neurológica. Estas investigaciones advierten contra cualquier tentación de utilizar el diagnóstico prenatal para predecir el futuro somático del sujeto. La incertidumbre pronóstica así demostrada como consecuencia de la complejidad de los conocimientos científicos en genética no puede sino favorecer darle lugar a lo singular en las consultas conjuntas en las que participen un genetista y un psicoanalista.