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Los avances científicos y tecnológicos ocupan periódicamente los titulares de los medios de comunicación, como demuestran, por ejemplo, los numerosos artículos y comentarios sobre los progresos de la inteligencia artificial (IA), sobre todo desde el lanzamiento del famoso ChatGPT a finales de 2022. Sin embargo, más allá de las anécdotas sobre cómo se puede utilizar un agente conversacional como ChatGPT, y sin discutir las cuestiones que plantea su uso cotidiano, ¿está la gente bien y suficientemente informada sobre esta nueva tecnología que es la IA? ¿Tiene una visión clara y precisa de las numerosas cuestiones importantes que se plantean? Lo mismo ocurre con los avances en genética: ¿sabemos exactamente hasta dónde ha llegado la investigación y qué aplicaciones potenciales podría tener en los próximos años (incluso a través de la IA)? En estos dos grandes campos científicos para nuestro futuro, como en muchos otros, estamos ciertamente informados, pero a veces de forma fragmentaria e incompleta, y sin una serie de precauciones esenciales. Frente a las ideas preconcebidas, y para reconciliar a las personas con una ciencia que a veces tienden a ver con recelo, es fundamental proporcionarles elementos precisos de comprensión, decirles lo que sabemos (o no sabemos) sobre las tecnologías que se están desarrollando actualmente, mostrarles los retos y los límites, todo ello de la forma más pedagógica posible. Esto les dará las claves que necesitan para formarse una opinión informada y no mitificada de las cuestiones sociales que rodean estas tecnologías. En este artículo, las investigadoras Virginie Courtier-Orgogozo y Laurence Devillers exploran estas cuestiones pedagógicas, utilizando los ejemplos de los avances en genética e IA, y sugieren formas de «equipar mejor al público en general frente a los avances científicos y tecnológicos». S. D.