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En los últimos años, los investigadores de estudios chinos han encontrado cada vez más dificultades para acceder al terreno. Para superar estas limitaciones, varios proyectos de investigación han propuesto invertir en el «terreno digital» de China. Ni que decir tiene que estos «terrenos digitales» no sustituyen totalmente los «terrenos físicos», sobre todo porque no nos permiten realizar entrevistas, pero estas fuentes son un verdadero tesoro que puede ofrecer nuevas perspectivas, complementar ciertos «terrenos físicos» y permitirnos abordar temas de difícil acceso desde China. Sin embargo, este camino sólo es posible si nos libramos de la idea de que el terreno sólo puede ser físico y de que toda investigación implica necesariamente pisarlo en persona. Ofrecemos aquí una panorámica de las fuentes digitales a las que los sinólogos podrían recurrir con provecho en su trabajo, a menudo a costa de un esfuerzo limitado.