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Los jóvenes refugiados nos confrontan con la violencia del mundo, una realidad que nos concierne a todos. Para ellos, los determinantes sociales de la enfermedad mental y los factores ligados a las condiciones y eventos de la vida, son causa frecuente de perturbaciones psicológicas y trastornos psiquiátricos reactivos. Estos trastornos requieren un ajuste de nuestros seguimientos tradicionales : estrategias específicas para la detección precoz y para el acceso a los servicios de salud, y la consideración de los aspectos principalmente “externos” durante el tratamiento. En Ginebra, el sistema MEME, (Santé MEntale Migrants et Ethnopsychanalyse), fue creado para facilitar la implementación de atención psicoterapéutica temprana y específica, ofreciendo trabajo tanto sobre las condiciones ambientales como sobre las particularidades en relación con la violencia extrema y aquellas relacionadas con aspectos transculturales. Se trata, para los profesionales, de ofrecer un contenedor psíquico, de formar una especie de cobertura protectora alrededor de un joven o una familia, con el fin de restablecer un ambiente suficientemente bueno, para sustentar un trabajo de conexión psíquica y una reanudación de la historia de vida.