Percepción social del bosque: un espacio más profiláctico que patógeno
Dodier, Rodolphe
Percepción social del bosque: un espacio más profiláctico que patógeno - 2019.
85
El objetivo de este artículo es discutir las percepciones sociales de los entornos forestales entre los diferentes grupos sociales. ¿Qué vínculo puede establecerse entre los bosques y la salud en las representaciones y los sistemas de valores? El método utilizado es típico de las ciencias sociales y se basa en el análisis de un denso corpus de encuestas, entrevistas y situaciones de observación de las personas que frecuentan el bosque. La idea de que el bosque puede contribuir significativamente al bienestar físico y psicológico, a la salud e incluso a curar una enfermedad es muy dominante. Este entorno se percibe como generalmente beneficioso para la salud de la mayoría de las personas. Por el contrario, la percepción del riesgo de contraer una enfermedad mientras se camina por el bosque es muy baja. Incluso las personas ya infectadas con la enfermedad de Lyme siguen frecuentando el bosque. El bosque aparece así como un espacio profiláctico más que como un espacio patógeno.
Percepción social del bosque: un espacio más profiláctico que patógeno - 2019.
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El objetivo de este artículo es discutir las percepciones sociales de los entornos forestales entre los diferentes grupos sociales. ¿Qué vínculo puede establecerse entre los bosques y la salud en las representaciones y los sistemas de valores? El método utilizado es típico de las ciencias sociales y se basa en el análisis de un denso corpus de encuestas, entrevistas y situaciones de observación de las personas que frecuentan el bosque. La idea de que el bosque puede contribuir significativamente al bienestar físico y psicológico, a la salud e incluso a curar una enfermedad es muy dominante. Este entorno se percibe como generalmente beneficioso para la salud de la mayoría de las personas. Por el contrario, la percepción del riesgo de contraer una enfermedad mientras se camina por el bosque es muy baja. Incluso las personas ya infectadas con la enfermedad de Lyme siguen frecuentando el bosque. El bosque aparece así como un espacio profiláctico más que como un espacio patógeno.
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