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Dado que el mensaje sensorial pasa por el filtro emocional del sujeto, que está sometido a muchas influencias socioculturales y afectivas, el dolor es un fenómeno complejo y único. Aunque el modelo biomédico puede ayudar en el manejo del dolor agudo puntual, no es adecuado para el manejo del síndrome de dolor crónico. El modelo biopsicosocial permite un mejor abordaje, siempre que se base en una lógica somato-psicosocial sinérgica y no complementaria. El aspecto subjetivo se ignora todavía hoy con demasiada frecuencia. Esta reflexión condujo a la creación de una consulta de dolor con un trabajo en conjunto médico-psicólogo en el hospital Saint-Louis como parte de la consulta médica, lo que constituyó un verdadero puente entre el cuerpo dolorido y el sujeto dolorido.