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Tras el referéndum británico de junio de 2016 que dio una mayoría de votos a favor del Brexit, el 29 de marzo de 2017 se puso en marcha el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea (UE) para organizar la salida del Reino Unido de la UE. Londres y los otros 27 estados miembros de la Unión Europea tienen dos años para preparar la salida efectiva del Reino Unido.Más allá de sus consecuencias económicas y sociales, que se mencionan y comentan regularmente, el Brexit también podría provocar un retorno al conflicto en Europa, como señala el artículo de Jean-François Drevet. Porque si bien una de las principales apuestas de la UE desde su creación es sin duda la preservación de la paz en el continente europeo, esta apuesta no sólo concierne a las relaciones entre los estados miembros fundadores (empezando por Francia, Italia y Alemania), sino también a la solución de diferentes controversias territoriales que afectan al Reino Unido en su estructura plurinacional y en sus relaciones con otros estados europeos. La aplicación del Brexit podría despertar varios de los conflictos que la UE había ayudado a apaciguar, en particular en Chipre, Gibraltar e Irlanda del Norte. Eso es lo que muestra este artículo, y eso es también lo que los negociadores británicos y europeos deben tener en cuenta al establecer las modalidades de salida del Reino Unido.