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La novela de Marcel Proust En busca del tiempo perdido es la historia de una conciencia que se enfrenta al enigma del mundo. El « yo » de esta narración en primera persona nos ofrece la experiencia singular de una relación con los seres y las cosas que guarda similitudes con la actitud y el pensamiento fenomenológicos. La novela ilustra también una búsqueda de la verdad y del sentido que, en el fondo y en la forma, tiene puntos de tangencia con la práctica de la hipnosis: suspensión de la actitud natural, importancia del cuerpo y de la sensorialidad, uso de la metáfora, descompartimentación del tiempo. Este doble enfoque abre un diálogo entre estas tres lecturas del ser humano en situación, y confronta a la fenomenología a un conjunto de datos empíricos relativos a las condiciones constitutivas de nuestra relación con el mundo.