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Los hombres que emigran y se convierten en padres son doblemente vulnerables, sujetos tanto a la reorganización psíquica del exilio como a los retos de la transición paterna. Además, tienen que conciliar el papel de padre que les asigna su cultura de origen con el que les asigna la sociedad de acogida. A partir de las prácticas psicoterapéuticas de la consulta transcultural de Burdeos, se examinarán dos observaciones clínicas de padres activos y preocupados por la llegada y el cuidado de sus bebés. Las consultas se basan en una metodología complementarista (Devereux 1972) que combina un plano individual con una dimensión colectiva. Los autores explorarán el difícil contexto actual de los padres exiliados que ejercen la parentalidad activa, las condiciones de esta transición psíquica y las prácticas asociadas a ella.