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Este grupo fue diseñado con el objetivo de acoger a niños pequeños y a sus padres, procedentes en su mayoría de contextos migratorios, en un espacio y tiempo definidos y limitados para facilitar su avance hacia una alianza terapéutica. El dispositivo proporcionó un marco de apoyo: las transferencias laterales permitieron trabajar las proyecciones colocadas sobre los niños, ayudando colectivamente a los padres a ver a sus hijos de manera diferente, a invertir en un espacio terapéutico y a reducir la brecha entre los dos referentes culturales en cuanto al abordaje de las dificultades de sus hijos. Fue un momento de encuentro entre el interior y el exterior, entre uno mismo y los demás, un lugar donde se encuentran las culturas y los sentidos de la parentalidad, la infancia y el niño que reside en cada uno. El apoyo del grupo permitió a los padres observar y soñar a su hijo de otra manera y sanar sus propios dolores. El grupo les brindó un tiempo de adhesión al cuidado y el establecimiento de un vínculo terapéutico.