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Este artículo comienza esbozando las dificultades que plantea la aplicación del «proyecto por la infancia», un documento central en el servicio de ayuda social a la infancia. Se destaca la brecha existente entre la intención colaborativa de esta herramienta y las realidades organizativas y jurídicas de la protección infantil. Tras describir la complejidad de las relaciones entre los distintos actores (padres legales, familias de acogida, profesionales y menores), se analiza la organización de una evitación entre padres y familias de acogida. A continuación, se examinan las consecuencias de la confusión entre tres tipos de asignación de familia (temporal, de larga duración y de orientación) y de la negación de la parentalidad de acogida. El autor sugiere medidas para mejorar la colaboración y tener más en cuenta el interés superior del menor, en particular reconociendo la doble filiación de los menores en acogida de larga duración y apoyando su identidad.