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El proyecto de islamizar las universidades surgió inmediatamente después de que los islamistas tomaran el poder en Irán en 1979. Con este fin, llegaron a proclamar una “revolución cultural”. A pesar de una década de propaganda y de la aplicación de numerosas medidas políticas, no pudieron lograr su objetivo. Fue el nuevo Líder Supremo, Alí Jamenei, quien designó formalmente a las ciencias humanas y sociales, nacidas en Occidente, como el nuevo enemigo de la República Islámica y de sus fundamentos ideológicos y teóricos, y pidió una hoja de ruta para islamizar estas ciencias. En este artículo, repasaremos brevemente la primera fase de la “revolución cultural” y sus resultados, para luego examinar la política de islamización de las ciencias humanas y sociales que se aplica desde 2010. El objetivo es arrojar luz sobre la intención del régimen teocrático que, detrás de la política de islamización de las ciencias sociales, trabaja para frenar el desarrollo del pensamiento crítico y así tratar de producir “hombres y mujeres islámicos”.