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RésuméLa création d’un samu social à Bruxelles a cherché à développer une politique d’urgence sociale et urbaine. Son échec est révélateur des limites inhérentes à cette politique. C’est ce que l’article montre en analysant la création d’un outil « performant » visant à rencontrer les personnes « en détresse ». À travers son histoire, les registres d’action développés comme les tensions rencontrées indiquent un échec quant à la mise en réseau des associations existantes par rapport aux personnes sans abri et aux modes d’intervention pratiqués le jour et la nuit dans une grande ville marquée par son caractère de mosaïque sociale et de labyrinthe institutionnel.

A social emergency unit was created in Brussels, but its failure reveals its limitations. The author highlights the strategies underlying what was intended to be an efficient tool for caring for people in acute need. The initiative’s history and its undertakings betray a failure to network existing groups working day and night with the homeless in a large city characterized by its complex institutional patchwork.

ResumenLa creación de un samu social en Bruselas pretendió desarrollar una política de urgencia social y urbana. Su fracaso pone de manifiesto los límites inherentes a esta política. Esto es lo que pretende demostrar el presente artículo, a partir de la revisión de las concepciones que estuvieron a la base de la creación de lo que debería ser una herramienta de encuentro con las personas « desamparadas ». A través de su historia, tanto los registros de acción desarrollados como las tensiones que encontró dan cuenta de un fracaso en el establecimiento de una red entre el conjunto de asociaciones existentes que trabajan con las personas indigentes (sin hogar), así como para establecer modos de intervención diurnos y nocturnos en una gran ciudad marcada por su carácter de mosaico social y de laberinto institucional.