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Para comprender el auge del antisemitismo en Alemania, es necesario comprender este fenómeno en términos sociológicos. Las causas del antisemitismo siempre han sido estructurales, aunque haya tomado diferentes formas a lo largo del tiempo. El artículo explica de qué manera la hostilidad hacia los judíos es efecto de las luchas de poder entre grupos, produciendo cada vez constelaciones singulares y visiones del mundo en las que el grupo particular de los judíos aparece a veces como el soporte de una demanda general de emancipación, pero también aparece como una exterioridad cuya proximidad y competencia genera temor. Volviendo a la situación existente en 1929, marcada por una aguda crisis económica y política, el sociólogo constata que el antisemitismo sólo puede crecer, por lo que los judíos sólo tienen la opción de emigrar a Palestina o, en su defecto, afrontar la situación con lucidez.