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En la década de los noventa, hubo una feroz oposición entre los defensores de la idea de la represión traumática y los escépticos, que argumentaban que no estaba respaldada por pruebas científicas. Ahora más conocida como amnesia disociativa e incluida en la 5.ª edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, sigue siendo un concepto muy utilizado por los psicólogos, aunque las pruebas de su existencia siguen siendo poco convincentes. En este artículo, ofrecemos una visión crítica del concepto, revisamos las pruebas presentadas por sus defensores y detallamos sus limitaciones metodológicas y conceptuales. También proponemos mecanismos alternativos para explicar el fenómeno de los recuerdos recuperados: falsos recuerdos, reinterpretación de eventos traumáticos, estrategias de evitación, etc. Por último, concluimos con una llamada a la prudencia para la comunidad científica y clínica.