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Desde la efervescencia intelectual del siglo XIX, las filosofías sociales de Comte, Spencer y Cournot tenían en común que proponían una clasificación según el modelo de las ciencias naturales. El espíritu enciclopédico de estas tres obras supuso el acto fundacional de las ciencias sociales, al tiempo que proporcionó un marco general para superar los límites de la sociología actual y para pensar globalmente sobre el futuro de las sociedades. El rechazo de las filosofías de la historia en el siglo XX nos hizo perder de vista lo que estas síntesis –y las clasificaciones a través de ellas– permitían cuando coordinaban varios procesos para hacer inteligible la historia. El surgimiento de esta «filosofía de la historia universal» ciertamente no correspondió a una historia universal a la manera de las antiguas crónicas, ni a la imagen de la actual «historia del mundo», pero en la medida en que proporcionó patrones de pensamiento, trataremos de demostrar que sí permitía ordenar el hecho social dentro de su matriz histórica.