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Este artículo cuestiona por qué Kant evoca una prueba ontológica de la existencia de Dios en el Opus postumum después de haberlo abandonado en la Crítica de la razón pura. En primer lugar, destaca la importancia de la crítica de Schwärmer, que sostiene que la religión no es una cuestión de la razón. Luego muestra cómo Kant responde a esto planteando un vínculo analítico entre Dios y la ley moral en la Crítica de la razón práctica y estableciendo la teología como el «principio supremo» de la filosofía trascendental en el Opus postumum. Concluye que Dios existe en el reconocimiento del sujeto en el mundo.