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El desempleo, al igual que el trabajo en un empleo, está marcado por una ambivalencia entre la reducción de los problemas de salud generados por la actividad profesional y la confrontación con las pruebas que caracterizan este periodo intermedio. Así pues, esta investigación pretende arrojar luz sobre la relación entre el desempleo y la salud percibida, desde la perspectiva de las actividades realizadas por las personas desempleadas. La hipótesis en que se basa es que la salud de las personas desempleadas sería mejor para quienes intentan —a través de diversas actividades, incluyendo, en este caso, el activismo— anclarse en una red social y así beneficiarse de recursos para superar este tiempo intermedio. Se realizaron entrevistas individuales y semiestructuradas con doce personas desempleadas (nueve mujeres y tres hombres). Seis de ellas pertenecían a un colectivo de personas desempleadas organizadas y las otras seis estaban acompañadas por un plan de reinserción laboral. Sus discursos se compararon mediante un análisis temático de contenido. Este análisis pone de manifiesto las similitudes en las aflicciones vividas y descritas por los participantes (estigmatización, humillación, etc.), pero también subraya la diversidad de los recursos movilizados según el grupo al que pertenezcan.