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Este artículo se centra en el juego de baile de una niña de nueve años, filmado por ella misma en el patio de una escuela primaria escocesa en 2018. Olivia incorpora a su juego objetos digitales y no digitales y su entorno, pasando de seleccionar canciones en un teléfono a bailar con la cámara, jugar con el viento y manipular un cono de tráfico. Crea un espacio de juego personal en medio del espacio común, marcado por la música, el movimiento, los objetos y ella misma. Este artículo examina cómo, a través de este proceso de danza lúdica, Olivia escenifica su infancia con la perspectiva del género femenino, en su forma de interactuar con las personas, el espacio y los objetos. Olivia se inscribe así en la tradición del juego de baile femenino. Pero en el patio de recreo posdigital, los objetos digitales se convierten en parte de su juego, siguiendo los pasos de otra tradición de juego infantil, el «bricolaje», en el que los niños utilizan el mundo que les rodea, a través del tiempo y el espacio.