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Desde nuestro encuentro clínico con una joven adolescente de 12 años, proponemos la teorización de lo que llamamos «doble transferencia». En primer lugar, articulamos la «doble transferencia» a los procesos psíquicos que organizan el juego winnicottiano, operador privilegiado de la clínica adolescente. A continuación, definimos la «doble transferencia» a través de las figuras del Hermano y la Hermana. El Doble fraterno-sororal despierta en el sujeto dos deseos: de fusión y de asesinato del doble. Así, figurando una evolución afectiva y pulsional que pasa del Amor al Odio, se convierte en un proceso originario que permite el advenimiento narcisista e identificatorio del sujeto.