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Si más de la mitad de los terrícolas viven en medios urbanos, el espacio que ofrece el subsuelo sigue siendo un espacio escasamente aprovechado fuera del imaginario urbano y de algunos proyectos aislados. A pesar de la importante densidad de construcciones que saturan la superficie, la reflexión urbana considera raramente lo subterráneo como un espacio habitable, un espacio de vida. Explotado por el ser humano desde hace milenios, sobre todo para extraer materiales o para protegerse, los espacios subterráneos son, después de la primera mitad del siglo XX, utilizados por los citadinos para múltiples actividades. Sinergias urbanas por arriba/por abajo se construyeron en diversas metrópolis mostrando el interés de explotar el espacio subterráneo para la calidad de vida de los habitantes de las ciudades sobre y bajo la tierra.