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¿Debe recurrir el relato de los sueños a un lenguaje privado? Esta es la pregunta que podríamos hacer a Wittgenstein, incluso conociendo sus objeciones contra la idea de lenguaje privado. En realidad, este lenguaje privado es colectivo y está dotado de gramática. Todo lenguaje es fundamentalmente social y apela a posibles interlocutores. Podríamos querer convertir el relato de los sueños en prototipo de lenguaje privado, pero, en realidad, si hay un relato, hay un lenguaje, es decir, un lenguaje social, ya que es posible relatar los sueños, como lo hizo Margarethe, la hermana de Wittgenstein, en sus sesiones con Freud. En Wittgenstein, el relato de los sueños no es un lenguaje privado, está destinado a un interlocutor, que debe descifrarlo. El problema que plantea el relato del sueño puede, además, parecerse al cálculo mental, que la persona que calcula no puede contar minuciosamente porque no puede recordar sus detalles y etapas si se trata de un cálculo complicado.