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Para el biólogo, el suelo termina donde comienza la roca, en una capa donde hay abundancia de vida. Las bacterias, los hongos y, en menor medida, la pequeña fauna del suelo (pedofauna) desempeñan un papel considerable. Se hacen cargo de los procesos físico-químicos y los aceleran: al descomponer las rocas, producen suelos, los modelan, organizan y estabilizan. Incluso gobiernan su evolución. Elaboran los nutrientes de las plantas, nitrógeno, fosfato, etc. Descomponiendo estos materiales orgánicos, los reciclan, haciéndolos asimilables de nuevo. Nuestras sociedades son responsables de transmitir sus suelos en buen estado a las generaciones futuras. Deben ser conscientes de que los humanos son incapaces de producir algo que resulta de milenios de interacción e interdependencia entre los seres vivos.