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Una vieja cuestión y aún hoy en día relevante, el diagnóstico alimenta el debate y la polémica. La última versión de la escala de clasificación del DSM no los ha apaciguado. En el amplio campo de la atención y el apoyo a niños y adolescentes, las cuestiones de diagnóstico suelen trascender los aspectos de la gestión y los vínculos terapéuticos y los múltiples intercambios entre los profesionales que participan. El diagnóstico psiquiátrico infantil es un proceso dinámico, cambiante y momentáneo, ya que la mayoría de las organizaciones patológicas están en constante transformación. Específicamente y de acuerdo con el proceso de desarrollo, el tema del diagnóstico en la psiquiatría infantil se refiere más a la cuestión del riesgo evolutivo que a la cuestión de un estado patológico en sí mismo. Basándose en una viñeta clínica, el artículo desarrolla una reflexión sobre lo que entendemos por diagnóstico en el campo específico de la psiquiatría infantil y juvenil. Los aspectos generales relacionados con el diagnóstico en sí se discuten antes de destacar los lugares, funciones y desafíos del niño en la sociedad actual. Luego se discute el tema mismo del diagnóstico, mostrando su utilidad y riesgos. Así pues, el objetivo es responder la pregunta esencial: ¿es posible y deseable el diagnóstico en la psiquiatría infantil y juvenil?