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Tras librar una larga guerra contra el gobierno de Sri Lanka (1983-2009), suscitando grandes esperanzas de victoria entre los combatientes y los activistas de la diáspora tamil, el movimiento armado de los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE) fue totalmente aniquilado en 2009. Aunque comparten el mismo objetivo, los activistas de la diáspora y los excombatientes exiliados producen relatos muy diferentes de este acontecimiento. Los primeros ignoran la destrucción del movimiento armado y la muerte de su líder, y restan importancia a la derrota declarando que la victoria aún está al alcance de la mano. Los segundos cuentan sin ambages la destrucción de su organización y el consiguiente colapso de su cultura, su imaginario y su forma de ser en el mundo. Para tratar de entender las razones de estas diferencias, nos fijamos en los vínculos entre la producción de recuerdos y las trayectorias de movilización (desmovilización y removilización) de los militantes. Los esfuerzos de los vencidos por dar sentido a años de lucha, la experiencia de la derrota y la de la impotencia política se analizan así en función de las dinámicas de capitulación o resurrección de la lucha en las que se encuadran los distintos actores.