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La maternidad de cada mujer es única y sigue un largo proceso psíquico que la transforma. Cada maternidad es objeto de una reestructuración psíquica; el caso de la bisexualidad psíquica es un ejemplo singular de dicha reestructuración. El acceso a la parentalidad es un tiempo específico de la evolución de la bisexualidad psíquica de la mujer y su transformación contribuye a singularizar cada una de sus maternidades. Nos proponemos hacer referencia a una bisexualidad psíquica que no está congelada en el tiempo, sino que se transforma en el curso del desarrollo psicosexual, evolucionando, en particular, en forma de un fantasma de completud. Dos casos clínicos explicarán las posiciones adoptadas en este artículo.