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Romain Gary estaba atado al recuerdo de su madre por una deuda vital infinita que él describía como «comer frío». Esta deuda vital puede rastrearse tanto en los episodios de su vida como en el contenido de algunas de sus obras, firmadas como Gary o Ajar. La autora de este texto, que nos hace viajar entre Gary y su propia observación de las angustias humanas, explora las distintas formas de expresarse para intentar saldar la deuda, ya sea como mujer (que puede saldarla temporalmente dando a luz a un hijo) o como hombre.