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Durante el embarazo, la familia sueña intensamente en construir un futuro, busca sus raíces y traza sus destinos. Los magos, los oráculos y los rituales, las buenas o malas hadas abren un horizonte virtual en la familia. El caso de una pareja que espera mellizos y que sueña con la familia por venir ilustra estas ideas. Abruptamente el anuncio de un diagnóstico antenatal detiene precipitadamente la investidura futura y el proceso onírico. El acto médico de reducción embrionaria en útero sólo deja a un bebé vivo en el vientre materno. El bebé fantasma eliminado parece invadir el futuro y predominar sobre el bebé esperado. Una terapia familiar perinatal con estos futuros padres, el bebé vivo y el bebé muerto en útero, permite reactivar la perspectiva de una familia posible.