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En 2003, la República Dominicana puso en marcha una de las reformas penitenciarias más ambiciosas de América Latina. Sin embargo, a pesar de la mejora de las condiciones en estas prisiones del llamado « nuevo modelo », el trato y la experiencia de los presos sigue siendo muy variable. Aproximadamente el 10 % de los encarcelados en la República Dominicana son extranjeros y, de estos, la gran mayoría ellos son haitianos. Debido en parte a las disputas diplomáticas sobre el estatus legal de los migrantes haitianos en el país, estos presos se enfrentan a problemas adicionales, como la falta de documentación legal, la pobreza, el acceso limitado a la asesoría legal y las barreras lingüísticas. Este artículo se basa en los datos recogidos en una encuesta realizada entre 2017 y 2018 a una muestra aleatoria de 1.200 reclusos en 17 prisiones dominicanas. Durante este periodo se realizaron más de 100 entrevistas. Tras analizar las condiciones de encarcelamiento de los presos haitianos, en comparación con las de los dominicanos, el artículo explora los obstáculos y las oportunidades que plantean las estrategias adoptadas respectivamente por los actores gubernamentales haitianos y dominicanos para mejorar la gestión penitenciaria y judicial de los presos haitianos.