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En Francia, los menores extranjeros no acompañados se ven forzados a multiplicar las pruebas de su minoría de edad para ser tomados a cargo por la Aide sociale à l’enfance (Ayuda social a la infancia). Sin embargo, el concepto de minoría de edad se ha construido en torno a representaciones de la infancia que cambian constantemente. Frente a ellas, los menores extranjeros no acompañados llegan con sus propias opiniones sobre el significado de la infancia y de la edad adulta, extraídas de su cultura de origen y de su trayecto migratorio. Enfrentados a las ambivalencias del sistema de protección francés, son llevados a reposicionarse en la escala niño-adulto y a dar un nuevo sentido a su minoría de edad.