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Existen dos teorías principales sobre cómo se representan los niños la Tierra y de qué manera evoluciona esta representación a lo largo de su escolarización. Vosniadou y Brewer (1992) suponen la formación de modelos mentales limitados por presuposiciones, y diSessa (1988) supone la movilización de conocimientos fragmentados de diversos tipos. Estas teorías son esencialmente de naturaleza espacial (Tierra plana con una parte superior y otra inferior, Tierra esférica con un arriba y un abajo, etc.) en las que se considera que la Tierra es una esfera con una superficie uniforme. En el presente estudio, la hipótesis general es que, desde el inicio de la enseñanza primaria, la información geográfica inscrita en el globo terráqueo y los conocimientos que requiere desempeñan un papel decisivo en el elaboración de la representación de la Tierra. Sesenta niños de de escuela primaria tienen que responder algunas preguntas (como «¿cuál es la forma de la Tierra?», «¿se puede vivir aquí o allí?») y resolver tareas más complejas (relacionar un globo terráqueo con un planisferio, imaginar una ruta de un punto a otro) utilizando un globo terráqueo normal (con los mares y continentes dibujados) o un globo en blanco. Los resultados confirman el papel decisivo que juega la información geográfica en la representación de la Tierra que los niños desarrollan para resolver las tareas propuestas, y muestran que la elaboración de la representación de la Tierra se nutre tanto de conocimientos espaciales y astronómicos (la Tierra es esférica) como geográficos (los países o continentes que se extienden por su superficie). Estos resultados son un incentivo para fomentar las actividades pedagógicas interdisciplinares en las aulas.