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Después de algunos recordatorios destinados a distinguir la violencia, la agresividad y el odio desde el punto de vista de la metapsicología, el autor propone situar la agresividad en el curso del desarrollo diferenciando la existencial, la de verificación de la supervivencia del objeto en la perspectiva de D. W. Winnicott y, finalmente, la agresión edípica. A continuación, se plantean diversas problemáticas para evocar la dialéctica que siempre existe entre el odio a sí mismo y el odio al otro (las depresiones anaclíticas y el hospitalismo de R. Spitz, el complejo de madre muerta de A. Green) antes de abordar la cuestión de las raíces perinatales e infantiles de la violencia posterior, especialmente en los adolescentes.