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En los mamíferos, hay machos y hembras, reconocibles por sus genitales. Es un sistema binario. El ser humano, en cambio, tiene una conciencia reflexiva. Se piensa y, a través de las representaciones que construye, accede a una experiencia identitaria. En el proceso, los límites binarios del cuerpo pueden borrarse. Dadas las evoluciones sociológicas, antropológicas y filosóficas de los asuntos de género, ya no existe ninguna teoría legítima, en nuestra sociedad occidental, que pueda dar cuenta del proceso de desarrollo identitario, de las articulaciones entre las realidades y los límites biológicos del cuerpo sexuado y las experiencias de género. Según estas nuevas perspectivas, existe una importante separación entre el trabajo de afirmación de la identidad, que está atravesada por las nociones de sexo y género, y el descubrimiento del deseo sexual y las prácticas de la sexualidad. Es fundamental abordar estos asuntos sin prejuicios ideológicos y acoger todas las palabras de las personas implicadas para desarrollar con ellas las estrategias más adecuadas para su bienestar y realización en todas las etapas de la vida.