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El caso del urbanismo feminista es estudiado en este artículo a través del prisma de la circulación de modelos urbanos, en el caso de tres ciudades francesas. Las trayectorias de cómo la igualdad de género ha entrado en la agenda y cómo se ha implementado en la toma de decisiones en la producción urbana muestran las estrategias de “abogadas de la igualdad” en un contexto de competición territorial entre ciudades. Aunque el marco jurídico del gender mainstreaming en los poderes locales franceses es vago y poco vinculante, el empleo de modelos y de “buenas prácticas” es necesario para las ciudades que se comprometen voluntariamente en ese proceso. Las apropiaciones locales pasan por la experimentación y la movilización de una red académica, de expertos o de activistas, y permiten la innovación. No obstante, el escollo que hay que evitar es el de convertir demasiado pronto el urbanismo feminista en una rutina a través de su integración en las herramientas ordinarias del urbanismo, lo que limitaría su alcance transformador.