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Este artículo aborda la estructuración de un grupo de interés territorial, compuesto por representantes de los empleadores, movilizado en favor de la creación de una institución metropolitana en el territorio de Marsella. Esta movilización, que comenzó a mediados de la década de 2000, tuvo un eco favorable con la votación de la ley MAPTAM en 2014, que creó la metrópoli de Aix-Marsella-Provence. En la encrucijada entre una sociología de los grupos de interés y la de las reformas territoriales, el análisis consiste en mostrar las lógicas de estructuración de un «mundo de pequeños empresarios», cuyos vastos recursos, tanto expertos como relacionales, fueron inicialmente insuficientes para orientar las elecciones de la gran mayoría de los funcionarios electos locales, que se resistían a una institución metropolitana integrada. No fue sino hasta 2012 y la decisiva intervención del Estado, buscando el apoyo local para superar la oposición de los representantes electos, que se legitimó el papel de estos representantes de los empleadores. Esta legitimación, más estratégica que ideológica, tiene sin embargo efectos muy concretos en cuanto a la integración de una cierta franja de intereses económicos en los órganos de regulación de la metrópoli.