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Aunque la planificación del Commissariat général du plan (Dirección General de Planificación) y la previsión datariana cayeron en desuso durante los años 80, los años 1990-2000 volvieron a poner de moda, en Francia, las ideas de anticipación, planificación y regulación del desarrollo territorial. Tras las leyes Pasqua (1995) y Voynet (1999), la previsión se confió a las regiones en el marco del plan de desarrollo regional. Para contar con una institución regional con relativa capacidad política, la previsión se institucionalizó como una herramienta de comunicación al servicio de una estrategia más amplia de legitimación territorial. Este artículo muestra que el futuro es una categoría de acción política por derecho propio y que la previsión, como herramienta de comunicación, forma parte de una narrativa proyectada sobre la capacidad política y legitimidad por parte de un poder político intermedio.