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A partir de una encuesta realizada entre 2015 y 2019 mediante entrevistas a lesbianas, gays y heterosexuales integrantes del cuerpo policial, el artículo analiza las jerarquías informales basadas en la sexualidad en el mundo policial. Aunque señala la erosión del monopolio de la norma heterosexual en la profesión policial en las últimas décadas, el artículo muestra que las sexualidades percibidas como no conformes siguen siendo un estigma con el que los y las agentes afectados deben luchar. Los recordatorios heteronormativos del orden están presentes desde el inicio de la socialización profesional y luego intervienen de forma más o menos marcada según los grados y tipos de puestos ocupados. Ante las asignaciones heteronormativas que marcan su carrera, los y las integrantes del cuerpo policial gays y lesbianas ponen en práctica estrategias de disimulación, elusión y negociación destinadas a «sobrellevar» la situación, al tiempo que preservan su inclusión en el grupo de colegas. El análisis de las trayectorias individuales revela una experiencia común frente a la estigmatización, a la vez que destaca el peso de la dimensión interseccional, tanto en las manifestaciones del estigma como en las posibilidades de afrontarlo.