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En Francia, Alemania ha sido considerada durante mucho tiempo como una potencia «atlantista». Desde un punto de vista galo, el calificativo era peyorativo. Sin embargo, el Brexit, la victoria electoral de Donald Trump ese mismo año y sus comentarios críticos contra los aliados de Estados Unidos sacudieron la confianza de los líderes alemanes en la OTAN. Esto no significa que Berlín apoye la idea de un «ejército europeo» basado en un núcleo franco-alemán. Tal y como están las cosas, el sistema político alemán no lo permite. Además, el cuestionamiento de la OTAN podría volver a plantear la «cuestión alemana» y los desacuerdos dentro de Europa. El mantenimiento del equilibrio entre Alemania y sus principales vecinos requiere el nivel euroatlántico, en el que Estados Unidos actúa como «estabilizador hegemónico». Por otro lado, el hipotético abandono de la OTAN podría hacer resurgir problemas en la región geopolítica alejados del debate sobre un improbable «ejército europeo».