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En 2016, Donald Trump ganó la Casa Blanca gracias al apoyo de última hora de grupos y donantes republicanos que se unieron a su candidatura. Tras su derrota en 2020, el expresidente y sus aliados han ido construyendo una estructura de grupos pararrepublicanos que pretenden sustituir a los grupos republicanos tradicionales, apoyándose principalmente en su fortaleza financiera. Respaldado por el Trump World, se dirige a las elecciones de mitad de legislatura de 2022 para borrar todo rastro de oposición apoyando a «sus» candidatos y deshaciéndose de quienes se niegan a adoptar la agenda America First («América primero»). La estrategia da sus frutos: pocos republicanos se atreven a criticar al expresidente, o a votar en su contra en el Congreso. También está utilizando estas elecciones para asegurar su candidatura en 2024, creando una «vía trumpiana» que se impone cada vez más a todos los candidatos conservadores. Con ello, sin embargo, el Trump World impulsa a candidatos con ideas e historias personales dudosas, que podrían descalificarlos a ojos de los votantes moderados e independientes en otoño, una vez ganadas las primarias. Esto ofrece ciertas esperanzas a los demócratas en un contexto desfavorable.