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La llegada de un paciente alcohólico a una unidad de atención especializada en adicciones, con el prometedor nombre de “Sesame.”, constituye una “pausa de supervivencia” para su cuerpo y su psique. La representación de este espacio desalcoholizado formulada por los pacientes hospitalizados es la de un “entorno protector”, un “capullo”, en comparación con una existencia inestable en el exterior centrada en la obligación de beber. Presentar el enfoque terapéutico de la cura de deshabituación “sencilla” y “compleja“ es en cierto modo dar fe de una experiencia de la alcoholología clínica del paciente adicto. El principio de funcionamiento de la sesión, impartida por profesionales multidisciplinares, se basa en la participación voluntaria de los pacientes (hombres y mujeres) en el tratamiento y en los distintos enfoques terapéuticos, así como en el apoyo psicosocial. La orientación terapéutica consiste en sanar/pensar el cuerpo y su psique, con el fin de movilizar los recursos de los pacientes. El objetivo es entrar en un proceso de reducción de riesgos y de abstención completa y duradera del alcohol para una mejor calidad de vida.