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Tras mis investigaciones sobre la transidentidad y en diálogo con el incesto «de las dos hermanas y su madre» de la antropóloga Françoise Héritier, propongo el concepto de «incesto gemelar» que puede aplicarse independientemente del género y de la parentalidad en cuanto este implica una relación real o fantaseada de «gemelaridad». La transidentidad hace renacer de manera fantasmática a un pariente, que se ha marchado o que ha muerto, con quien el individuo mantenía una relación de tipo «gemelar», recreando esta fusión original e incestuosa de manera melancólica como lo hizo el artista Pierre Molinier con su hermana. La escritura puede también ser una manera de «resucitar» al doble perdido en vez de encarnarlo en su carne, tal como lo muestra la obra literaria de la novelista Annie Ernaux, escrita para su hermana a quien nunca conoció.