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Los posibles efectos de la guerra en los bebés se muestran a través del análisis de treinta y siete entrevistas a díadas madre-bebé expuestas a la guerra centroafricana. Los bebés viven la guerra a través de una experiencia sensorial negativa e intensa, caracterizada por la angustia del vacío debido a la carencia de respuestas adecuadas a sus necesidades. De hecho, las madres afectadas por la destrucción de su mundo externo e interno ya no pueden cumplir su función de contención, ni proteger a los bebés, acogerlos y guiarlos en una nueva realidad carente de significado. Además de esto, la vida de un bebé en situación de guerra está influenciada por las representaciones maternas que se movilizan alrededor de este y que tendrán un impacto en la construcción de su identidad. A pesar de estar expuestos a lo negativo de la guerra, los bebés son reconocidos por sus madres como bebés competentes y «diferentes». Esta proyección positiva puede ayudar a los bebés a superar su vulnerabilidad y lograr cumplir el mandato transgeneracional que a menudo tiene grandes esperanzas.