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El artículo aborda un incidente ocurrido durante una ceremonia de los Bwiti en Gabón. Este estudio de caso es una oportunidad para plantear interrogantes más generales sobre este ritual. Todo ritual se basa —en mayor o menor medida— en un orden litúrgico. Pero este último no puede existir de forma meramente ideal, sino que debe cumplirse en representaciones singulares. Por tanto, los rituales están inevitablemente expuestos al azar y a los imprevistos, ya que la representación siempre corre el riesgo de desviarse del guión, que supuestamente ella debe traducir en actos. Centrarse en un incidente ayuda a poner de manifiesto la tensión estructural entre el guión y la representación. ¿Qué relación existe, en un ritual, entre la conducta de los actores y el orden litúrgico que los rige? ¿Cómo reconocen los participantes una conducta desviada y cómo responden a ella?