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Todas las grandes empresas chinas están obligadas a convocar órganos de representación conocidos como «asambleas del personal y de los trabajadores» (APT). Utilizando el estudio de caso de una gran planta estatal de fabricación de vidrio, este artículo examina la evolución del sistema de las APT desde 1949 hasta la actualidad. En los últimos años, este sistema se ha desarrollado masivamente, dando lugar a la aplicación de las APT, al menos en principio, en más de 5 millones de organizaciones que emplean a unos 250 millones de trabajadores. Para evaluar el funcionamiento real del sistema en términos de capacidad de los trabajadores para influir en la gobernanza de las empresas, en el pasado o incluso en la actualidad, y en la medida en que el sistema siempre ha funcionado bajo la tutela del Estado, utilizamos el concepto de corporativismo de Estado, tomado de Philippe Schmitter. Sostenemos que, desde 1949, China ha experimentado tres configuraciones de corporativismo de Estado. En la primera, el nuevo régimen creó brevemente instituciones tripartitas formadas por representantes del Estado, del trabajo y del capital, antes de movilizar a los trabajadores para que participaran en la expropiación del capital. La siguiente configuración, desde finales de los años cincuenta hasta principios de los noventa, encarnó una relación directa entre el Estado y los trabajadores. La configuración más reciente, de nuevo basada en una estructura tripartita, ha visto la transformación de las fábricas en empresas con ánimo de lucro. En nuestra opinión, en los dos primeros casos, el Estado integró a los trabajadores, de forma sólida pero limitada, en la gobernanza de las fábricas. La configuración actual, por el contrario, los margina.