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Este enfoque inédito de Walter Lippmann tiene en cuenta al ensayista y al editorialista en su materialidad discursiva. Concibe la introducción de The Good Society como un discurso en relación interdiscursiva con sus pares y con las preocupaciones políticas de su época, pero también —y sobre todo— como un discurso eficiente que mezcla los procedimientos discursivos y persuasivos de la editorial con el «relato ideológico» (Faye 2003). El examen de estos rasgos muestra cómo se constituye la «narración primitiva» (ibid.), elemento previo necesario para la aceptabilidad del «nuevo liberalismo».