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Esta noticia de fantasiosa anticipación imagina un futuro cercano en el que nuestra vida cotidiana estaría poblada por robots antropomórficos enteramente dedicados al uso sexual. Especula sobre cómo estos robots podrían transformar gradualmente las relaciones sociales y condicionar la llegada de una humanidad «posbiológica». El lugar de los robots sexuales en la vida cotidiana divide al feminismo. Revela líneas de ruptura ideológica entre el viejo humanismo y una nueva metafísica más generosa con la relación ser humano-máquina.